Personería jurídica Nro. 36114 (Prov. Bs. As.)

martes, 4 de septiembre de 2012

Reseña de la clase "Goce, saber y verdad", de Adriana Testa.

Lic. Natalia Senestrari
 
  El día viernes 31 de agosto de 2012, nos visitó Adriana Testa, quien dio una clase sobre el capítulo 14, titulado Goce, saber y verdad, del libro Los signos del goce de Jacques-Alain Miller, que hemos estado leyendo los viernes en nuestro grupo de lectura.
  De manera muy clara y con gran rigurosidad en sus conceptos, Adriana realizó un recorrido por dicho capítulo, destacando los puntos más importantes.
  Para comenzar, nos recomienda relacionarlo con el capítulo 20 del mismo libro: Una nueva axiomática, donde Miller plantea el binario Evidencia-Misterio: la primera estaría del lado de la práctica, el segundo del lado del inconciente. Sin embargo hay una dialéctica entre estos términos, ya que también hay evidencia en el inconciente y hay misterio en la práctica.
  Nos dice que de la práctica del psicoanálisis no se puede hablar sino sólo de manera indirecta, por eso es necesaria la formulación del problema, ya que esto conduce a la pregunta y le permite al analista hacer un salto de la experiencia para transmitir su práctica. Es decir, en un primer momento tenemos la práctica y en un segundo momento, la elaboración de esa práctica.
  Agrega que entre la teoría y la experiencia hay un salto, no hay correspondencia, no se puede “aplicar" una a la otra, como suponen otras terapias. Lo que sostiene esa hiancia es el deseo de analista, que es lo que abre el camino de la pulsión,  es decir, permite pasar al segundo piso del grafo.
  Miller toma la palabra insignia, cuya función debe ser concunscripta por dos términos: el S1 o Ideal (rasgo unario) y el a. El sujeto también está enmarcado por estos dos términos, en tanto sujeto tachado, inexistente, que es el que encontramos en la experiencia analítica y es condición para que aparezca una necesidad de discurso, que refleja la omnipotencia del significante. Esto se pone en juego en cada sesión y es lo que diferencia al psicoanálisis de cualquier otra práctica.
  El sujeto tachado es a la vez sujeto de significante y sujeto de goce. El sujeto del significante, se relaciona con un vacío significante, que introduce la necesidad de un significante que venga a colmar ese vacío, de una representación significante proveniente del Otro, esto es la identificación freudiana, que se corresponde con la alineación del sujeto que forma el ideal del yo. Es sobre el punto del ideal del yo desde donde el  sujeto se ve como es visto por el Otro “desde donde me ve el Otro bajo la forma en la que me agrada ser visto”. Miller lo toma del Seminario 11 de Lacan. Y es con esto con los que nos encontramos en el primer tiempo del análisis.
  Para ampliar más sobre el tema, Adriana nos invita a leer el Libro de Germán García En torno a las identificaciones y nos dice que en la identificación no se trata de a quien uno se identifica sino como se constituye y se transforma el sujeto en la identificación
  También nos propone consultar Seminario 17 de Jacques Lacan El reverso del psicoanálisis -donde Lacan desarrolla los cuatro discursos-  en especial en capítulo 3 y 9.
  Siguiendo a Miller, Adriana nos habla de goce en el síntoma, que se trata del problema que plantea Freud en la reacción terapéutica negativa. Nos dice que el fantasma que interviene en el síntoma es de lo que se goza, es decir, gozamos de nuestro fantasma. Y nos señala la definición de síntoma que encontramos en este capítulo, tomado del Seminario RSI de Lacan: “el síntoma es el modo en que cada uno goza de su inconciente, en tanto el inconciente lo determina.”  Para cerrar la clase  con el término que Lacan propuso al final de su enseñanza, que engloba síntoma y fantasma: sinthome.
  Agradecemos a Adriana su presencia en nuestra sede, inaugurando la primera clase de este año.
 



 
 

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