Por Verónica Ortíz.
Graciela, autora de El otro cuerpo del amor y Mujeres en movimiento- entre otras publicaciones sobre este tema- realizó ex profeso una exposición inicial breve, con el objeto de contar con suficiente tiempo para el coloquio entre los presentes, mayoría de mujeres y algunos hombres. La participación del público no se hizo esperar: desde inquietudes más “feministas” hasta interrogantes clínicos fueron desplegándose uno tras otro.
Graciela, autora de El otro cuerpo del amor y Mujeres en movimiento- entre otras publicaciones sobre este tema- realizó ex profeso una exposición inicial breve, con el objeto de contar con suficiente tiempo para el coloquio entre los presentes, mayoría de mujeres y algunos hombres. La participación del público no se hizo esperar: desde inquietudes más “feministas” hasta interrogantes clínicos fueron desplegándose uno tras otro.
Transcribo algunas de las frases que “ardieron” esa noche:
“Para Lacan, un hombre puede estar tan perplejo frente a una
mujer como un pez frente a una manzana.”; “El psicoanálisis piensa que eso
puede ser tratado, que ese “fuego” puede ser orientado”; pero “El psicoanálisis
no es para todo el mundo, nosotros no tenemos una solución a nivel social como
no la ha tenido nadie a través de la historia”; “No existe esa relación en los
términos en que alguien los desearía; más bien existe entre ellos (hombre y
mujer) un síntoma”.